Lo ignoro todo sobre economía, y por ello estoy dispuesto a aceptar, aunque a disgusto, que los problemas de los bancos se resuelvan con avales de dinero público, mientras que sus ganancias fueron y siguen siendo privadas. Pero lo que no alcanzo a comprender es que un Gobierno de izquierdas no exija contrapartidas a los bancos: por ejemplo, establecer una moratoria para las hipotecas de clientes en paro, comprometerse a bajar o al menos no subir los tipos de interés, refinanciar los plazos de sus créditos sin costes...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de octubre de 2008