Camisas con ventiladores incorporados, paraguas con pantallas y acceso a Internet o sillas de ruedas guiadas por GPS. La lista de artilugios rocambolescos concebidos en Japón no tiene fin. Es una de sus obsesiones por excelencia, conocida como chindogu: resolver problemas cotidianos recurriendo al auxilio de los gadgets.
Da igual que los artefactos acaben generando más inconvenientes del que intentan solucionar. O que sometan a escarnio público a aquellos que se atreven a probarlos. El caso es innovar.
Será cosa del chindogu, o no, pero en España la llegada de los Tamagotchis se saludó como una tontería entre los padres; pero triunfaron entre los niños.
¿Se acuerdan de esos huevos de colores que podían morir de hambre y pena si no se les trataba con cariño? Los Tamagotchis, creados por Bandai en 1996, causaron furor entre niños y adolescentes de todo el mundo. Supuso el nacimiento de las mascotas virtuales. Desde entonces se han vendido 75 millones de unidades.
Bandai acaba de lanzar su último invento: la Tuttuki Bako, una caja en la que podemos introducir el dedo para acariciar osos panda o amebas digitales. Vistos los precedentes, triunfará, como antes lo hicieron Sony, Nintendo y Sega con las consolas, pese a que fue la americana Atari la que lanzara la primera en la década de 1970.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de octubre de 2008