Los pocos espectadores que acudieron a La Rosaleda contemplaron un partido tan atropellado como entretenido. Luque se bastó para dinamizar en ataque al Málaga, y una asistencia suya habilitó a Cheli para adelantar a los blanquiazules. El Mallorca logró sacudirse el dominio malagueño. Keita, nada más comenzar la segunda mitad, niveló el encuentro, y le dio aire a los de Manzano para la vuelta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de octubre de 2008