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Absuelto un presunto etarra por presiones de la Guardia Civil en su confesión

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional absolvió ayer a Arkaitz Agote, acusado de estragos terroristas por atentados con bomba contra el juzgado de Paz de Zarautz (Guipúzcoa) y una oficina del Inem. Los magistrados consideran que la única prueba de cargo, la declaración autoinculpatoria del acusado en dependencias de la Guardia Civil, pudo obtenerse mediante coacciones y "presiones".

El auto de la Sección Tercera, presidida por el magistrado Félix Alfonso Guevara, considera que Agote, presunto miembro del comando Donosti, declaró ante los agentes en un estado de "profunda quiebra en el estado anímico", acreditado por el médico forense, que recogió en uno de sus informes que el detenido amenazó con ahorcarse con el cabestrillo que sujetaba su brazo, lesionado antes de su detención. Ese mismo día dijo al médico que no había dormido casi nada "por los interrogatorios".

El atestado de la Guardia Civil, sin embargo, asegura que el detenido no fue interrogado en los tres días que estuvo preso antes de la declaración en la que reconoció los hechos.

Esa confesión, según la sentencia, se produce cuando "el detenido tiene tan roto el espíritu que amenaza con suicidarse". "La declaración obtenida en tales circunstancias no puede ser tomada en consideración como prueba válida de cargo por este tribunal", dice la resolución absolutoria.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de octubre de 2008