La reciente invasión por aviones estadounidenses del territorio sirio, con el asesinato de varios civiles, no ha recibido ni una sola respuesta por parte de la comunidad internacional. Ni la Unión Europea, ni el Gobierno de España, ni las instituciones supranacionales. Sólo, como es lógico, las del Gobierno sirio y algún aliado. Debe ser que hay que mirar hacia otro lado para tener una silla en el G-21. Ah, las sillas... cuántos problemas traen. Si no se puede molestar a Bush porque entorpece otras pretensiones, entonces apaga y vámonos. La violación del espacio sirio es un acto de piratería e ilegal, condenable por todo aquel que crea en el derecho y rechace la violencia. Esta invasión da alas a Hezbolá, Hamás y al régimen iraní, entre otros. Sigamos por este camino y veremos adónde nos lleva.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de noviembre de 2008