Hace cuatro meses que se conoce el nombre del candidato del PSOE a las elecciones europeas: Juan Fernando López Aguilar. Y hace dos que UPyD, el partido de Rosa Díez -que puede ser un rival importante-, tiene al suyo, Francisco Sosa Wagner, catedrático de la Universidad de León. Pero Mariano Rajoy mantiene su silencio. Así ha logrado acallar la voz crítica de Jaime Mayor, que aspira a repetir. En el entorno del líder del PP se apuesta por la continuidad de Mayor para evitar una nueva batalla interna, y de paso eliminar el efecto UPyD -sobre todo porque los medios más conservadores apoyarían a Mayor, por quien sienten devoción, y no al grupo de Rosa Díez-. Sin embargo, todas las miradas están puestas en Alberto Ruiz-Gallardón.
Las encuestas siguen colocando al alcalde de Madrid como el político mejor valorado del PP -y ahora de España, tras hundirse Zapatero-. Por eso muchos dirigentes creen que Rajoy hará encuestas y, si ve que las elecciones no están claras y Gallardón puede darle la victoria, al menos se lo pensará, porque no se puede permitir el lujo de perder.
Aunque no sea para las europeas, cada vez más gente dentro del PP asume que el futuro pasa por Gallardón, a pesar de que en el entorno del alcalde aseguran que éste no hará ningún movimiento que no esté avalado por Rajoy. Incluso algunos acérrimos antigallardonistas empiezan a pensar que Esperanza Aguirre, la gran derrotada del congreso de Valencia, podría pactar algún día con el alcalde para organizar el futuro del PP si Rajoy no llega a 2012. Las ansias de victoria cosen las heridas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de noviembre de 2008