Unos 65 vecinos de la parroquia de Ribadulla, en el ayuntamiento coruñés de Santiso, aprovecharon ayer la celebración de un magosto para debatir si crean una comisión que se siente a negociar con el Obispado de Lugo el regreso del cura para oficiar misas. Las autoridades eclesiásticas han suspendido la celebración del rito en la aldea porque los vecinos se niegan a cederles un terreno de su propiedad. "Somos sus feligreses pero no sus vasallos", afirmaba ayer un portavoz de los afectados. Al cierre de esta edición, los habitantes de Ribadulla estaban a punto de votar la formación de la comisión. En la foto, un momento del magosto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de noviembre de 2008