Últimamente vengo apreciando, no sin cierto estupor, que por parte de numerosos ayuntamientos y comunidades autónomas se anuncian recortes en gastos sociales como consecuencia de la reducción llevada a cabo en los Presupuestos por parte del Gobierno central, reducción a la que supongo se ve abocado por la situación de crisis generalizada. Mi estupor viene determinado por el hecho de que estos mismos ayuntamientos y comunidades que manifiestan insuficiencia económica, poseen unas plantillas de asesores cuyas percepciones salariales alcanzan un montante que, si se conociera, causaría extrañeza, cuando no perplejidad al común de los ciudadanos. Las corporaciones locales y los Gobiernos de las comunidades, al parecer, tienen posibilidades de dotarse del número de asesores que estimen pertinente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de noviembre de 2008