El estreno coruñés de Jesucristo Superstar fue un rotundo éxito, refrendado con grandes ovaciones. En esta versión, Pilatos y los romanos visten uniforme de camuflaje como las fuerzas que hoy ocupan Irak. El sanedrín es un grupo de judíos ultraortodoxos, y Jesús, el líder de un grupo disidente de Oriente Medio. Excelentes la dirección escénica y la coreografía.
Los coros, brillantes en su difícil papel (ese Hosanna, que pone los pelos de punta), como los músicos dirigidos por Xavier Torras; aunque se advierte más presencia electrónica que en las versiones de los años 70. Gerónimo Rauch se llevó la ovación de la noche tras superar con pasmosa facilidad las enormes dificultades vocales de su Jesús.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de noviembre de 2008