Sabían los de Emery que el asunto no se les iría de las manos y así fue. Empezaron los segundones, esos que calientan el banquillo en Liga, algo apagados, pero espabilaron pronto. Y bailaron a su frágil oponente, el hasta ayer único superviviente de Tercera, sobre todo tras el primer gol, de un Angulo que ayer quiso hacer de todo. Pero todos, también los canteranos, tuvieron su minuto de gloria. Como Michel y su genial zurdazo. O Vicente, que no se resigna a ser suplente de Mata y que ayer se dio un homenaje que, seguro, le subió la moral. Zigic y Pablo mataron con el tercero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de noviembre de 2008