La consellería de Industria no quiere que Galicia sea menos que Euskadi, y aspira a poder contar con licencias de espectro radioeléctrico en diferentes frecuencias "en línea con lo que el Parlamento gallego ha aprobado por unanimidad", según apuntó ayer el conselleiro Fernando Blanco. El mensaje se produce poco después de que el PNV negociase con José Luis Rodríguez Zapatero su apoyo a los Presupuestos Generales a cambio de la potestad de conceder en el País Vasco una licencia de telefonía móvil que presumiblemente recibiría Euskaltel, el operador de cable. Las grandes operadoras -Telefónica, Vodafone, Orange y Ono- están en pie de guerra contra esta forma de regionalizar las licencias, porque, argumentan, las competencias en esta materia son exclusivas del Estado. Sin embargo, Blanco no ha perdido la oportunidad para asegurar que Galicia "será, de esa manera, un país atractivo para que los operadores inviertan". Y el operador gallego que necesita tener esa licencia para completar su desarrollo en telefonía móvil es R, que ahora se ve limitado a llegar a acuerdos con las empresas que disponen de antenas para alquilárselas. R ha apostado siempre por tener infraestructuras propias en todos sus servicios. Lo hizo levantando kilómetros de calles para introducir su fibra óptica y quiere hacerlo con los móviles.
A lo anterior se suma el hecho de que muy pronto las frecuencias de radio incorporarán una nueva tecnología que permitirá que los dispositivos móviles reciban servicios de comunicaciones avanzados. Es la llamada cuarta generación, que permitirá conectar un dispositivo móvil a 1Gb de velocidad en un punto fijo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de noviembre de 2008