El Tribunal Supremo ha absuelto al testigo protegido del caso Brouard Miguel Navarro, condenado a cuatro años por estafa después de que, pese a cobrar más de 122.000 euros debido a aquella condición, no se presentó a declarar en el juicio por el asesinato del dirigente de Herri Batasuna en 1984, alegando que por razones profesionales se encontraba en Cuba.
Así lo ha acordado la Sala de lo Penal del Supremo en una sentencia que estima el recurso interpuesto por Navarro, al considerar que la condena carecía de sustento probatorio. La Audiencia de Vizcaya consideró probado que Navarro urdió un plan para obtener un beneficio económico y consiguió que el juez instructor de la segunda fase del caso le concediese en 1999 una asignación mensual de 3.000 euros por su condición de testigo protegido para hacer frente a sus gastos de manutención y seguridad. Entre marzo de 2000 y julio de 2002 el acusado recibió del Gobierno vasco la suma de 122.570 euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de noviembre de 2008