Los coches son como personas, tienen su carné de identidad en el bastidor y si sus números no muestran que todo está en orden a la policía difícilmente podrá transitar sin llamar la atención. "Un Mercedes tiene 23 puntos de identificación y algunos sólo los conocen en la casa que lo ha fabricado", explica un inspector jefe que ha recuperado más de 1.500 vehículos. Los coches de lujo sustraídos son moneda de cambio para las mafias. "Se pagan cargamentos de droga con determinados modelos de lujo robados por encargo", asegura otro inspector jefe, especializado en crimen organizado. Les dan apariencia legal previo paso por talleres clandestinos, donde retroquelan el número de chasis, doblan placas y les cambian la documentación. Después viajan a Marruecos o al Este de Europa, donde es más difícil localizarlos, o se utilizan en nuevos negocios ilícitos, como el traslado de droga. Los policías de Algeciras (Cádiz) que cada día ven pasar por el puerto cientos de vehículos tienen todas las claves de esta práctica. Delante de ellos circulan coches de alta gama sin denuncia de robo, que 24 horas después figuran como sustraídos, camiones con automóviles camuflados o supuestos turistas que se dedican a introducir coches en Marruecos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de noviembre de 2008