Cumbre en Washington
| Los efectos prácticos
Las delegaciones de las principales economías del mundo abandonaron Washington tras una cumbre que apenas sumó seis horas de debates, pero que auguran muchas horas más de aceleradas negociaciones. Nada de lo que se acordó en la noche del sábado tendrá un efecto automático contra la recesión.
Si hay un foro que refleja las nuevas fuerzas que compiten en el escenario económico global, ése es la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde los intereses enfrentados del mundo rico y en desarrollo impiden, tras siete años de negociación, que pueda forjarse un acuerdo para reducir las barreras al intercambio de bienes y servicios entre sus 153 miembros.
El presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha conseguido sentarse en la cumbre de Washington y con la misma entrada, accederá a la cumbre de abril, que se celebrará en Londres.
El encuentro entre los líderes
En la cumbre merodearon sherpas y yaks. Y para algunos, fue como tocar el Everest tras una larga escalada. Pero nada de eso ocurrió en el Himalaya, sino en Washington. El colapso financiero y la amenaza cierta de una recesión no constituyen el mejor escenario para demostraciones de alegría.
Impulsos al crecimiento
Imaginación financiera y contable es lo que necesitará el ministro de Economía, Pedro Solbes, para cumplir con los compromisos derivados de la cumbre del G-20 en Washington. El documento aprobado por los jefes de Estado y Gobierno de una veintena de países insta a todos ellos, entre ellos a España, a hacer un esfuerzo adicional en política fiscal.
El Gobierno italiano presentará en los próximos días un plan de acción, que supondrá una inyección de 80.000 millones de euros, para tratar de superar el parón de la economía del país, que acaba de entrar en lo que la patronal Confindustria ha anunciado que será "la recesión más larga de la posguerra".
La opinión de los expertos
JOAQUÍN ESTEFANÍA
Las reacciones
La participación de España en la cumbre del G-20 de Washington ha sido acogida con reacciones divergentes por las distintas fuerzas políticas y los sindicatos.
El grupo inmobiliario Tremón, con sede en Madrid, ha presentado concurso voluntario de acreedores (antigua suspensión de pagos) al no poder afrontar una deuda cercana a los 900 millones de euros, lo que la convierte en la segunda mayor promotora en declararse insolvente, tras Martinsa-Fadesa.