La televisión popularizó en los setenta y ochenta la animación en japonés gracias al éxito de clásicos literarios como Heidi o la mítica Dragon Ball Z, que sedujo durante años a públicos de todas las edades pese a que fue ganando en contenidos violentos. Si bien, el cine de animación en japonés empezó a consolidarse tras la II Guerra Mundial. Aunque no fue hasta los ochenta y noventa cuando vivió su expansión con Akira, que marcó el inicio de la difusión del manga fuera de Japón. Le sucedieron largometrajes como City Hunter, donde el sexo se tiñe de parodia, las producciones shojo (manga para chicas) de Clamp, o el éxito de El viaje de Chihiro, que ganó un óscar en 2002. La Filmoteca rinde ahora homenaje al ánime.
VAMPIRE HUNTER D: BLOODLUST
Proyección del filme de Yoshiaki Kawajiri (2000), enmarcado en el ciclo Universo Anime de La Fimoteca. En el IVAM (Guillem de Castro, 118), a las 20.15.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de noviembre de 2008