En Brasil, el mayor país negro fuera de África, en 2010, los negros y pardos, que crecen más, superarán a los blancos, cuya población disminuye. En este momento, el 49,7% se declara blanca y el 49,5%, negra o parda. A pesar de ello, y pese a las políticas contra la desigualdad racial que se han multiplicado con el Gobierno de Lula, la población negra, heredera de la esclavitud -abolida en 1888-, sigue existiendo bajo una discriminación larvada.
El 64% de los más pobres son negros. Son ellos los que realizan los trabajos peor remunerados: ganan de media la mitad de los blancos. El desempleo de los negros supera el 50%. Muy pocos han triunfado en política y sólo tres han sido ministros: Gilberto Gil, Marina da Silva y Benedicta da Silva.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de noviembre de 2008