Es posible que haya que revisar el cálculo de las pensiones de jubilación para los próximos años e incluso que se haga necesario extender el periodo de cálculo de las cotizaciones para determinar su cuantía. Pero sin duda estas medidas deberán ir acompañadas de un proyecto de abaratamiento de los costes de las Administraciones que incluyan desde la desaparición de ministerios creados en el aire, como el de Igualdad, o los redundantes como el de la Vivienda. Ni qué decir tiene que escandalosos gastos suntuarios como el de la cúpula de Barceló deberán ser debatidos previamente y que los ministros de Exteriores no podrán jugar a los Medici con el dinero de los españoles. La presidencia del Gobierno, las consejerías autonómicas o los ayuntamientos deberán dar cuenta exhaustiva del número de sus asesores, sus funciones concretas y su coste. Son las mínimas medidas a exigir de una Administración que despilfarra el dinero montando ridículas embajadas y ministerios de la nada, costeadas ilícitamente con el esfuerzo contributivo de los ciudadanos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de noviembre de 2008