El Ayuntamiento de Barcelona impulsó ayer una reforma del Reglamento Orgánico Municipal (ROM) para permitir a los concejales que estén de baja votar por control remoto así como grabar las sesiones para ahorrar papel y trabajo a los funcionarios que confeccionan las actas. El bipartito obtuvo ayer el apoyo de Esquerra, aunque, al igual que CiU y PP, condicionó su apoyo definitivo a un consenso. "La definición del voto remoto está encallada en el Congreso y regularlo aquí sólo tranquilizará nuestras conciencias", dijo Sonia Recasens, edil convergente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de noviembre de 2008