En un reportaje publicado recientemente en las páginas de economía, una directiva de recursos humanos de una empresa explicaba cómo cribaban los currículos de los aspirantes a un puesto de trabajo. Afirmaba sin pudor que el segundo criterio en importancia tras el nivel de estudios requerido era "la horquilla de edad". Este hecho, por otra parte habitual, no parece estar en consonancia con la Ley del Estatuto de los Trabajadores que establece como derecho básico del trabajador no ser discriminado para el empleo por razones de edad. ¿Qué sucedería si se hiciera público que una empresa incluye como criterio de selección para el empleo una "horquilla" de raza, orientación sexual, religión o sexo? Afortunadamente, la discriminación por dichos motivos ya no es aceptada por la mayoría de la sociedad, pero la discriminación por edad se aplica y se anuncia como algo normal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de noviembre de 2008