La noticia del traslado de fecha del Festival de Otoño de Madrid me parece un terrible error, además de un desconocimiento total de una parte influyente de la profesión sobre los hábitos y consumo de nuestros espectadores, al no saber ubicar el target de usuarios de los espectáculos que en él se representan.
Dudo mucho que un solo espectador del Festival de Otoño haya dejado de visitar nuestras salas por asistir a dicho festival. ¿Qué van a hacer ahora los miles de extranjeros europeos que trabajan en Madrid? ¿Y que vamos a hacer ahora los teatros privados sin el glamour del inicio de temporada junto al Festival de Otoño?, que en su promoción llega a todos los lugares de la geografía Española y nos hace más contemporáneos. Siendo nuestra mejor imagen, Madrid ciudad del teatro mundial.
La decisión de cambiar el festival no ha sido consultada; yo mismo gestiono el Grupo Smedia, los teatros Alcázar, teatro Infanta Isabel de Madrid, teatro Fígaro-Adolfo Marsillach, teatro Compac Gran Vía, Pequeño Teatro Gran Vía y coprogramamos el teatro Nuevo Apolo, más de 5.000 butacas cada día en la ciudad, más de 35.000 asientos cada semana a disposición del público, y no hemos sido consultados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de noviembre de 2008