Tiene gracia, por no decir otra cosa, que el PP se escandalice por el gasto ocasionado por la cúpula de Miquel Barceló. Entonces, ¿por qué no se escandalizan cuando en el País Valenciano se gastan en obras faraónicas de centenares de millones el dinero de las escuelas? ¿Por qué no se llevan las manos a la cabeza cuando se gastan en la Fórmula 1 el dinero de la red pública de carreteras? ¿Por qué no denuncian cuando se gasta en la visita del Papa el dinero de los hospitales? Sólo la reparación de los desperfectos que ha tenido el absurdo e inoperante Palau de les Arts desde su reciente inauguración ya cuesta más que la cúpula. Sólo el déficit del chabacano y manipulado canal autonómico multiplica varias veces el coste de la obra de Barceló. Lo dicho: inmoralidad y miseria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de noviembre de 2008