Medio centenar de autobuses a las puertas, 2.000 militantes en la platea y otros 1.500 en el recibidor aplaudiendo ante la pantalla gigante los discursos que tenían lugar sólo unos metros más allá, en el interior del auditorio del Palacio de Congresos. Casi tres años después, Alberto Núñez Feijóo regresó al lugar donde fue proclamado presidente y candidato del PP gallego para recibir un baño de masas como pistoletazo de salida a una larga precampaña electoral.
Abrió el acto en sustitución del anfitrión Gerardo Conde Roa, Gerardo Fernández Albor, "el primer presidente galleguista de la Xunta", quien recuperó la corbata que Feijóo le había regalado ocho años atrás desde la presidencia de Correos. Y su principal valedor en el partido, el presidente nacional Mariano Rajoy, aparcó las palabras sobre "el amigo Alberto" para centrarse en el "presidente Feijóo". Acudieron los cuatro secretarios provinciales, el número dos, Alfonso Rueda, y los portavoces en las ciudades.
Y así con los pasillos repletos y el aforo casi al doble de su capacidad la ausencia del presidente fundador se hizo todavía más notable. Manuel Fraga, que no ha acudido a ninguno de los últimos grandes actos de su partido en Galicia, se quedó en Madrid para celebrar su 86º aniversario. Desde el atril, su sucesor rememoró la fecha. "Desde aquí todos juntos queremos cantarle el cumpleaños feliz a Manolo Fraga, un abrazo de lealtad y admiración". La militancia devolvió desde los bancos un par de estrofas en honor a su presidente.
Campaña personalista
Arriba, en el escenario, las siglas del PP se diluían en los paneles de atrezo donde ahora manda el nombre del candidato con un juego de palabras que remite a James Bond. "FEIJÓO09, llegó el momento", es el lema que anticipa la agencia de publicidad que también lleva el marketing de Esperanza Aguirre, para una campaña personalista que no descuida detalle. El equipo de realización pinchó la imagen del padre de Feijóo cuando éste agradeció a su "familia de sangre" que le inculcase la importancia de "cumplir con el deber" desde su infancia en Os Peares.
El discurso del candidato se fundió varias veces en pantalla con la bandera gallega, cuando éste aludió a cuestiones identitarias.
Y si las letras empequeñecidas del PP no ensombrecieron al líder, tampoco lo hizo la presencia de líderes nacionales. Junto a Rajoy sólo estuvo la secretaria de Organización del PP, Ana Mato, y la vicepresidenta del Congreso, la pontevedresa Ana Pastor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de noviembre de 2008