Dídac Ramírez tomó ayer posesión del cargo de rector de la Universidad de Barcelona (UB) con la mira puesta en las protestas estudiantiles contra el proceso de Bolonia: los cerca de 200 estudiantes que llevan una semana encerrados en la sede de la UB hicieron oír sus consignas durante el acto oficial y a ellos les dedicó Ramírez buena parte de su discurso. "Mi primera decisión será convocar a los representantes de los estudiantes", dijo. Ramírez concretó después su intención de transmitir su oferta "antes de este fin de semana" para atajar así unas protestas que amagan con extenderse: los alumnos sopesan añadir la Facultad de Física a las otras tres de la UB ya ocupadas.
Los estudiantes se mostraron conformes en reunirse con Ramírez, pero le exigirán medidas difícilmente asumibles: un referéndum vinculante en la UB sobre si acatar o no el proceso de Bolonia, entre otras. "Escucharé sus inquietudes", añadió Ramírez, consciente que su escollo más urgente provenía del exterior: "¡no a Bolonia, no a Bolonia!", le interrumpían a gritos, desde la calle, un centenar de jóvenes.
Quizá por ello Ramírez se esforzó en referirse al plan de Bolonia en su discurso como "adaptación al espacio europeo" y distanciarse así de un nombre hostigado por parte del alumnado. El consejero de Innovación, Universidades y Empresa, Josep Huguet, fue menos sutil. "La única alternativa a Bolonia es limitarnos al espacio español. ¿Queremos regresar a la autarquía propia del franquismo?", preguntó en su alegato de bienvenida al nuevo rector.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de noviembre de 2008