Dice el presidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela, que es partidario de un referéndum para el matrimonio gay. Sigue la Iglesia católica erre que erre en su cruzada en contra las leyes que se aprueban en el Parlamento; continúa creyendo que son los árbitros en nuestra vida civil, aunque no me extraña esa forma de pensar pues con el PSOE en el poder, lejos de haberles dejado de financiar, les ha concedido más prebendas aún de las que tenían con el PP, y claro, Rouco se ha envalentonado y pide más y más de forma insaciable. No obstante, si tanto le gustan a Rouco los referendos, habrá que darle unas cuantas ideas para que las materialice; por ejemplo, un referéndum para comprobar quiénes son católicos y quiénes no lo son en este país, porque me temo que la Iglesia católica está facturándonos como si todos lo fuéramos. Un referéndum sobre si debe o no de existir la casilla de la Iglesia católica en el impreso del IRPF, otro referéndum sobre si los católicos están de acuerdo con lo ultraconservador de su cúpula eclesiástica y uno más sobre si la Iglesia católica debe pedir perdón por su apoyo a los crímenes del franquismo. Ya de paso, que practique democracia en su propia casa y no ponga impedimentos a las personas que libremente quieran apostatar y salirse de lo que consideran una secta. Ya ve el señor Rouco que si quiere referéndum tiene un montón de oportunidades para ejercitarse en ellos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de noviembre de 2008