Argentina, el país de narradores como Borges, Cortázar y Bioy Casares, es también la tierra donde brilla una grandiosa oferta teatral. El dramaturgo Rafael Spregelburd recordaba ayer que "el teatro permite en Buenos Aires la coexistencia de múltiples micropoéticas". La capital argentina vive una explosión de creatividad teatral cuyas chispas se dispersan en todas direcciones. Algo muy diferente ocurre, según Spregelburd, en otras capitales del mundo en las que el teatro obedece a determinadas "tendencias".
"En Buenos Aires hay que reinventar todo el tiempo las reglas. En la cartelera porteña hay 400 espectáculos, y dentro de esa enorme variedad estamos nosotros", agregó Spregelburd. Su compañía, El Patrón Vázquez, presenta La paranoia y Buenos Aires en Sevilla. "Nuestro teatro es un teatro muy híbrido. Trabajamos sobre la reflexión, sobre el no género y la mezcla de géneros. Es un teatro muy lúdico. Creemos que es muy cómico y divertido", afirmó el dramaturgo.
Las dos obras forman parte de un ciclo de teatro argentino promovido por el Lope de Vega. La omisión de la familia Coleman, de Claudio Tolcachir, fue representada el pasado miércoles. La paranoia puede verse hoy en el Teatro Lope de Vega. Buenos Aires se representará mañana, domingo, en la Sala La Fundición. Ambas obras son estreno en España.
El reparto de La paranoia está formado por Pablo Ruiz Seijo, Andrea Garrote, Mónica Raiola, Alberto Suárez y el propio Spregelburd. La obra despliega una estructura de cajas chinas: una historia parece contener otra y así sucesivamente. Un grupo de humanos de un futuro lejanísimo es responsable de un proyecto decisivo para el destino de la humanidad. Las relaciones con culturas alienígenas son delicadas. La concordia con los extraterrestres depende de un producto que sólo la Tierra parece producir dentro del cosmos: ficción. "Si no les damos algo nuevo, nos van a destruir", resumió el dramaturgo. "El tema de La paranoia es el fin de la literatura y, por tanto, el fin del pensamiento; pero tampoco lo tenemos tan claro", precisó Spregelburd.
Por su parte, Buenos Aires es una obra de cámara. "Creemos que habla de una manera dolorosa sobre quiénes somos, sobre una ciudad que fue la promesa de principios del siglo XX; promesa que no se cumplió jamás", dijo el dramaturgo argentino.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de noviembre de 2008