Después de un inicio con mucha pirotecnia y no pocas sorpresas, la jerarquía empieza a dibujar la hoja de ruta en la Liga ACB. Los grandes sufren pero ganan, empezando por el líder. No falla Rakocevic, tampoco el Tau.
El alero serbio funciona como un reloj. No hay quien le quite sus veinte o veintitantos puntos por partido. Mérito de este cañonero forjado en el Estrella Roja y, por supuesto, de un Tau que sabe jugar para él y diversificar su potencial ofensivo cuando las defensas se cierran sobre Rako. A sus 28 años, difícilmente vuelva a tener una segunda oportunidad en la NBA. Su corta etapa en 2003 con los Wolves de Minnesota acabó en fiasco: apenas 2 puntos y 6 minutos de media.
Los 22 puntos de Rakocevic impulsaron al Tau a su novena victoria
Siempre fue un jugador tan admirado como discutido debido a su irregularidad. Por fin parece haber afinado algunos problemas en su juego, especialmente en el aspecto defensivo y de un manejo egocéntrico del balón, y también parece haber atemperado su carácter.
Los 22 puntos de Rakocevic impulsaron al Tau a su novena victoria en la pista del remodelado Pamesa (71-89), con Spahija dirigiendo desde el banco, y Nielsen ocupando el lugar del díscolo Dikudis, al que dieron pasaporte por un asunto disciplinario en su tercera etapa en el equipo valenciano.
El compromiso del Tau parecía el de más enjundia de cuantos tenían los grandes, pero fue el que resolvió con mayor solvencia. El Unicaja, con muchas bajas, con la novedad del recién aterrizado Paul Shirley ocupando el puesto de la figura del equipo, el lesionado Marcus Haislip, logró darle la vuelta a un partido que tuvo muy cuesta arriba en la pista del Estudiantes (78-82). Resultó fundamental el acierto de los jugadores exteriores del Unicaja, Cook, Gomis y Kelati.
El Regal Barcelona sufrió tanto o más que el Unicaja para resolver su compromiso ante el Granada (86-82). Al Barça le costó muchísimo defender, especialmente al búlgaro Videnov que cuajó uno de sus mejores partidos en la ACB con 27 puntos. Los 15 puntos de Ilyasova y los 14 de Navarro, que rebasó la impresionante barrera de los 5.000 en competiciones oficiales españolas, acabaron salvando a un Barça que no acaba de lucir conforme a su lujosa plantilla, aunque ante los granadinos causara baja Andersen.
El Real Madrid también vivió algún episodio difícil en Zaragoza, pero marcó diferencias en el último cuarto gracias a los de siempre: Reyes, Raúl López y Bullock. Y el que peor lo pasó fue el Kalise Gran Canaria. El Cajasol, dirigido por el que fuera técnico del equipo canario, Pedro Martínez, vendió muy cara su derrota. Un triple de Melvin Sanders parecía la estocada (80-77), pero Tyrone Ellis, sobre la bocina, forzó la prórroga. En ella, los canarios resolvieron. Los grandes, definitivamente, pusieron la directa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de diciembre de 2008