A propósito de su lucha por la supresión del crucifijo en un colegio público, le diré: Jesucristo fue una persona real que nació pobre, fue perseguido, trabajó en el taller de su padre y durante toda su vida se dedicó a hacer el bien ayudando a los demás: se volcó en los más desfavorecidos, luchó por dignificar a la mujer; denunció los abusos de los poderosos; predicó el amor, incluso a los enemigos; proclamó la justicia; y dio ejemplo de valor, amor y perdón ante la tortura y la muerte.
Y contra esta persona, que para mí y muchísima gente es Dios, que es un modelo a seguir para cualquier persona de bien y que ejemplifica un montón de virtudes humanas, usted ha combatido. No sé si su lucha ha sido por desconocimiento de la historia o por otra causa. Si usted lucha contra el que proclamó el bien, ¿qué es lo que usted defiende para la educación de nuestros hijos: el mal?, ¿la nada? Yo elijo a Jesucristo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de diciembre de 2008