"Alguno está en un estado de shock tal que no recuerda el apellido de sus compañeros", aseveró el armador del Rosamar, Jesús Labayen Pita. Tras visitar a los cinco supervivientes del barco naufragado en el Hospital de A Coruña, Labayen confirmó que la embarcación, de 26 años de antigüedad, estaba faenando cuando se fue a pique. "Aquí no hay culpables, estas cosas pasan y ojalá aparezcan más supervivientes", aseguró.
Sólo uno de los cinco marineros supervivientes, Adriano Oliveira, permanecerá ingresado en observación. Sus cuatro compañeros -los portugueses Serginho Da Silva, Augusto Mahía de Jesús, Luis Oliveira y el indonesio K. Rudaman-, que recibieron el alta a última hora de ayer, fueron trasladados a Burela (Lugo), donde deberán prestar declaración ante el juez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de diciembre de 2008