Y bien, ¿qué toca decir ahora? ¿Lo de siempre? ¿Que son unos asesinos? ¿Que en su inmensa arrogancia ETA sigue hablando -con su idioma, las balas- en nombre de un pueblo que hace décadas que reniega de ellos? ¿Que nada, ninguna idea o credo, justifica llevarse por delante ni una sola vida humana? ¿Veis? Es lo de siempre, exactamente las mismas palabras de siempre, poseedoras de la verdad y, no obstante, gastadas por el desuso. ETA ha vuelto a matar, en este caso a un empresario vasco. Justificarán su asesinato en un trasunto de justicia ecológica que no es tal. No hay una conciencia ecológica ni nada semejante detrás de la ETA actual. El mensaje que han lanzado está claro: "Empresarios, o pasáis por nuestro aro pagando lo que os reclamamos o mirad lo que puede pasar". Igual que la Camorra, que la Yakuza, que todo crimen organizado. ETA hace años que es un aparato de extorsión, de recaudación, nada más. Dependen de ello. Viven de ello. Es su principio y su fin: hacer dinero. Que nadie busque ideologías ni ideas independentistas ya. Su negocio es la extorsión, y protegen su "modelo" a cualquier coste. Así que, ¿veis? Todo se vuelve a repetir. Son las mismas palabras de siempre, claro que sí. Las mismas palabras de siempre para definir a la misma Mafia de siempre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de diciembre de 2008