Un total de 22.163 catalanes se han inscrito en el registro de testamentos vitales, documentos de voluntades anticipadas en caso de enfermedad terminal, desde que se puso en marcha hace seis años.
En este documento, el firmante expresa cómo desea ser tratado si sufre una enfermedad que le impida expresar su voluntad. El texto permite determinar las actuaciones médicas de las que no quiere ser objeto en el caso de enfermedad terminal. Para que tenga validez, el testamento vital debe ser confirmado ante notario o ante tres testigos, de los cuales dos no tienen que tener parentesco o relación patrimonial con el interesado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de diciembre de 2008