Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Manifestación en Val d'Aran contra la reintroducción del oso

Unas 600 personas procedentes del sur de Francia, Aragón y Cataluña se manifestaron ayer en Les (Val d'Aran) contra el programa europeo de reintroducción del oso pardo en el Pirineo central y para reivindicar más poder de decisión en las cuestiones que afecten al uso de esa parte del territorio. El síndico del Aran, Francesc Boya, del partido nacionalista Unitat d'Aran (UA), encabezó la protesta celebrada bajo el lema Els Pirineus volem decidir.

Los manifestantes, entre los que se encontraban varios cargos electos, recorrieron las calles de Les. Fue en esta localidad aranesa donde el 23 de octubre un cazador fue atacado por la osa Hvala. Tras este incidente, el primero que se registra desde que en 1996 Francia soltó osos en la zona fronteriza, el Conselh Generau d'Aran, máxima institución de autogobierno en el valle, ordenó la captura de Hvala, en contra de los criterios de la Generalitat. La llegada de las nieves suspendió el dispositivo.

La marcha obligó a cortar la circulación de la carretera N-230 y finalizó delante del Ayuntamiento de Les, donde se leyó un manifiesto en el que se reclama que se ponga fin "a la reintroducción de especies de grandes depredadores por parte del Estado francés, con la complicidad de los gobiernos español, catalán y andorrano" y que las administraciones "devuelvan a nuestras montañas a la situación anterior" a la liberación de los osos eslovenos. La presencia de este animal en la cordillera se considera incompatible con la actividad agraria y ganadera de la zona.

Boya dijo que en la defensa de los Pirineos sólo hay una voz y que no cuenta la ideología política a la hora de reivindicar que se mantenga la presencia de las personas y sus actividades socioeconómicas por encima de las especies reintroducidas. El síndico reclamó "el derecho a participar y decidir sobre estas montañas y a mantener aquello que forma parte de nuestra cultura y nuestra esencia: nuestros pastores y rebaños. Las instituciones han de dialogar con el territorio y han de saber que no se pueden aceptar imposiciones hechas con mentalidad urbana".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de diciembre de 2008