El ambicioso plan Renove que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Vitoria para mejorar las viviendas de los barrios obreros ha chocado con su primer escollo: los vecinos de Zaramaga, donde se instalaron miles de familias inmigrantes en los años sesenta y setenta, se niegan a cambiar de casa. Por contra, en otros barrios como Olarizu, Aretxabaleta o Errekaleor, saldrá adelante. En Ariznabarra, han sido los propios vecinos quienes se han puesto en contacto con el Ayuntamiento para conseguir este cambio de residencia.
El plan afecta a unas mil viviendas de distintos barrios de la capital alavesa. Supone el derribo de aquellos edificios que no cuentan con las condiciones mínimas de habitabilidad y su recambio por otras construcciones residenciales en los mismos barrios, sin cargo para los propietarios. El proyecto ha de contar con el respaldo de un 80% de los vecinos, como mínimo.
En Zaramaga, el rechazo al plan llega a ese porcentaje. El teniente de alcalde, Juan Carlos Alonso, se reunirá el lunes con los vecinos para insistir en las bondades de la propuesta municipal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de diciembre de 2008