De mis 40 años en la banca, 35 los he pasado como directivo, y ello me ha permitido conocer de cerca las tres crisis anteriores a ésta. Para las entidades financieras, la principal diferencia entre aquéllas y la presente es la falta de liquidez.
Yo le pregunto al Gobierno: si en las anteriores crisis no se daban préstamos a empresas ni a particulares que presentaran el más mínimo riesgo de impago, y los posibles receptores no los pedían, ¿por qué al inyectar liquidez creen que la política de concesión de préstamos va a cambiar?
Si quieren que el dinero llegue a los usuarios finales lo que debe hacer el Gobierno es crear múltiples oficinas receptoras de solicitudes de crédito y dotarlas de sello y tampón que diga "avalamos". Así las entidades dan créditos a cualquiera que lo solicite.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de diciembre de 2008