En la dirección del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) nadie está por romper con el PSOE ni por hacer caer el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero su líder y presidente de la Generalitat, José Montilla, se vio ayer forzado a escenificar otro golpe de efecto para expresar su malestar por los sucesivos retrasos en las negociaciones de la nueva financiación autonómica.
La ejecutiva del PSC aprobó por unanimidad que sus 25 diputados en el Congreso ayuden a levantar el jueves el veto que el Senado impuso sobre los Presupuestos Generales del Estado tras meses de amenazas veladas de tumbar las cuentas de Zapatero. Pero el PSC quiso que su enfado por la falta de modelo de financiación sea escuchado en Madrid y por eso aprobó con toda pompa una inconcreta resolución que abre la puerta a cambiar su relación con el PSOE si no hay pacto antes de fin de año. Éste es el último plazo que se fijaron para el acuerdo los presidentes Zapatero y Montilla tras incumplirse en verano la fecha del 9 de agosto establecida por el Estatuto catalán.
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En un milimetrado texto propuesto por Montilla a la ejecutiva y ratificado después por este órgano, el PSC dice: "Si se evidenciara que el Gobierno de España no tuviera voluntad de cumplir el Estatuto, las relaciones entre el PSC y el PSOE no volverían a ser como antes".
¿Amenaza de ruptura o simple gesticulación en la recta final de una larga y dura negociación? Ni una cosa ni la otra, a juzgar por el tono de las intervenciones de los diferentes dirigentes del PSC. Montilla, que abrió la reunión, expuso los problemas para alcanzar el pacto de financiación y defendió una respuesta contundente ante el PSOE. Con ello logró aplacar a los representantes del sector más catalanista del partido, incluido el consejero de Economía, Antoni Castells, quien había cuestionado reiteradamente el apoyo del PSC a las cuentas de Zapatero.
Ayer, Castells sólo habló para apoyar sin fisuras a Montilla. Ni él ni ningún otro dirigente del PSC abogaron por votar en contra de los Presupuestos, pues todos entienden que a la larga, esto perjudicaría los intereses de Cataluña y del propio PSC. Lo que sí hizo Castells fue expresar su enfado por entender que el ministro de Economía, Pedro Solbes, no se toma "seriamente" las negociaciones sobre la financiación. Las quejas de Castells no impidieron que el consejero viajara de nuevo a Madrid ayer por la tarde para continuar la negociación en el Ministerio de Economía.
A la ejecutiva del PSC no asistió la ministra de Defensa, Carme Chacón. Sí lo hizo el titular de Trabajo, Celestino Corbacho, que cerró filas con Montilla.
Seis meses de avisos
- Montilla a Zapatero. "Los socialistas catalanes te queremos, pero aún queremos más a Cataluña y a sus ciudadanos" (julio 2008).
- Montilla. "La falta de acuerdo podría acarrear el desafecto con la política española y la certeza de que un sistema considerado injusto debe ser sustituido. De ahí a la reivindicación del concierto económico o a fenómenos como la Liga Norte italiana sólo habría un paso" (agosto 2008).
- Antoni Castells, consejero de Economía. "Los diputados del PSC sólo deben tener una prioridad que es estar al servicio del país. Y por supuesto, al lado del Gobierno catalán, también cuando negocia con el Estado" (diciembre 2008).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de diciembre de 2008