Cómo es posible que los que siempre han ganado más, muchísimo más de lo éticamente permitido, y se han enriquecido de una forma insultante reciban ahora todo tipo de ayudas para salvarlos ¿de qué? Alguien tendrá que dar una razón para esta sinrazón. Hay que buscar soluciones reales para los que la sufren de verdad y que somos la materia prima de ese enriquecimiento, ya que nos hemos endeudado de por vida con créditos hipotecarios, préstamos personales para algún negocio o para hacer frente a alguna enfermedad.
Nos encontramos ahora en situaciones terribles de tipo económico, laboral o de salud, sin recibir ninguna ayuda para frenar embargos o ejecuciones de hipotecas que te dejan en la calle, y por cantidades que, en muchos casos, ya se ha abonado entre el 50% y el 80% de la deuda. Con el agravante además de que algo que no hemos buscado, como es quedarte sin trabajo, sin ingresos, te lleva a aparecer en todas las listas de morosos. Y el contrasentido de que son precisamente los bancos los que reciben estas ayudas multimillonarias. Es un auténtico drama.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de diciembre de 2008