Las palabras de Manuel Fraga sobre la necesidad de "colgar" a los nacionalistas para ponderar su peso, que, según el ex presidente de Galicia, han sufrido una interpretación "torcida", abrieron ayer una nueva brecha entre el PP y ERC en el Senado. Mientras estos últimos acusaban a los populares de vinculaciones con el franquismo, los otros sacaron a relucir el pasado terrorista de una parte del independentismo catalán con Terra Lliure.
El senador Miquel Bofill, de ERC, ante un impasible Fraga sentado en su escaño, dijo que es inasumible que un "franquista" como Fraga esté en un Parlamento democrático. Bofill reclamó sin éxito al presidente del Senado, el socialista Javier Rojo, que reprobara públicamente a Fraga. Antolín Sanz, del PP, contestó en medio de una gran bronca: "ERC no nos va a dar lecciones de democracia, porque en la historia de su formación recordaremos lo que supuso la presencia de Terra Lliure".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de diciembre de 2008