Las obras de ampliación de la estación de trenes de Atocha dan mucho juego. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, las presentó ayer a la prensa por segunda vez en dos años. Hay novedades y la obra es más barata. Costarán 520 millones de euros, 80 menos de lo anunciado en 2006. El año que viene se licita el proyecto. Álvarez pidió ayer "disculpas por adelantado" por las molestias de las obras. La ampliación está dividida en dos fases y sólo dio plazos de la primera, que terminará en "un par de años". Atocha doblará su capacidad hasta 30 millones de viajeros anuales.
La futura Atocha estará dividida en dos terminales. El vestíbulo actual quedará como sala para la salida de trenes. Al sur de la estación, se construirá una nueva terminal para la llegada de pasajeros y trenes. Ambas estarán conectadas por una pasarela rodante. Entre ellas, habrá una estación subterránea que conectará con la calle de Méndez Álvaro. Fomento pretende que las nuevas terminales estén listas al mismo tiempo que el túnel que une Atocha y Chamartín, actualmente en obras.
El responsable de esta nueva ampliación es el arquitecto Rafael Moneo, que ayer destacó como "pieza clave" la transformación del aparcamiento actual en una plaza para taxis, en la que cabrán 220 vehículos, más del doble que ahora. Y Fomento estudia además incluir un túnel que conecte con la M-30 que reclamó el Ayuntamiento de Madrid en sus alegaciones.
Moneo, responsable también de la ampliación de 1992 que incluyó el jardín tropical, recupera ahora para los peatones el acceso de la marquesina situada frente a la glorieta de Carlos V, construida en el siglo XIX. En los terrenos de Renfe situados junto a la avenida de la Ciudad de Barcelona habrá una nueva plaza pública con zonas comerciales y un aparcamiento subterráneo con el que quieren acabar con los problemas de estacionamiento de la ya vieja Atocha.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de diciembre de 2008