El pasado 21 de diciembre en El Acento apareció un comentario referido a la importancia y futuro de la Lotería Nacional bajo el título "El negocio de la suerte". Se afirmaba que la Lotería Nacional quería ser automatizada a través de "máquinas expendedoras de lotería a modos de cajeros automáticos" por la asociación de loteros.
Los planes a que se refiere son de LAE (Loterías y Apuestas del Estado), el ente estatal que controla el juego público en España. Por contra, las asociaciones de loteros, unidas en defensa de sus intereses, que no son otros que los del juego público y su continuidad en manos estatales, defienden justamente lo contrario: que continúe el proceso de venta como hasta la fecha, con el décimo como eje, las administraciones como único punto de distribución y sin que se masifique la red actual que acerca la magia de los sorteos a cada lugar de España. Los administradores de lotería no quieren que algo que ha funcionado perfectamente desde hace 245 años y que constituye una recaudación amable e imprescindible para el sector público, se transforme y masifique sin razón alguna. Los rumores que circulan son los de la privatización a medio plazo y la automatización y multiplicación de los puntos de venta a corto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de diciembre de 2008