Pablo V. Ll., en prisión, ha negado tener que ver con el intento de asesinato a manos de un sicario de su ex mujer el pasado junio en la peluquería que ella regenta en Valencia. Pero la investigación, ahora libre del secreto, ha desvelado que el imputado, uno de los tres supuestamente implicados, empezó a barajar la idea de que alguien la asesinara al menos dos meses antes. Las pesquisas de la Brigada de Homicidios de la Policía Nacional demuestran que en una conversación dijo: "¿Conoces a alguien que pueda hacer un trabajo para liquidar a una persona?"
A pesar de que Pablo V. ha negado cualquier relación con los hechos, el puzle se ha ido completando. El origen es la mala relación entre la víctima y su ex marido, del que lleva separada cuatro años, al que le dictaron dos órdenes de alejamiento por acoso y amenazas graves a su ex mujer.
Pablo contacta con Mirko R., boliviano, ex empleado suyo de la construcción. Es a él a quien le pregunta si conoce a alguien que pudiera liquidar a una persona. Mirko le dice que sí y le da dos teléfonos de un compatriota suyo, apodado Pinocho, con residencia en Madrid. Éste es quien supuestamente contacta con quien finalmente hará el trabajo, Saúl V. P., colombiano. Mirko y Saúl vivían en Barcelona. Según consta en las actuaciones, el plan del asesinato, al menos, se empieza a fraguar mes y medio antes. El sicario no cumplió el trato porque el arma no disparó. No se sabe cuánto cobró.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de diciembre de 2008