Los más rezagados se quedaron sin dorsal. Porque anoche hubo lleno en la San Silvestre de Valencia, la carrera más popular y festiva del año, que esta edición ha cumplido un cuarto de siglo. Disfrazados de dragón chino, hamburguesa o espermatozoide, en pijama o con pelucas, alrededor de 10.000 participantes -se repartieron 15.000 dorsales, según los organizadores- despidieron anoche 2008 con buen humor y plantando cara a la crisis. Los participantes de la carrera más divertida del calendario atlético local volvieron al recorrido de siempre tras el paréntesis obligado del año pasado por las obras del metro.
La alcaldesa Rita Barberá dio la salida desde el balcón del consistorio y entre empujones, apretones y algún que otro tropezón, los miles de corredores despejaron una abarrotada plaza del Ayuntamiento para encarar los 4.750 metros de la prueba.
El atleta olímpico argentino Javier Carriqueo (con un tiempo de 12 minutos y 55 segundos) revalidó el título conquistado el año pasado, mientras que la marroquí de Alicante Malika Asahssah logró el triunfo en la categoría femenina y batió el récord de la prueba, con un tiempo de 14 minutos y 12 segundos. Los organizadores de la prueba, la Fundación Deportiva Municipal de Valencia en colaboración con el Club de Atletismo Correcaminos y La Caixa, distribuyeron al final entre los participantes camisetas y bolsas de naranjas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de diciembre de 2008