El conflicto de Oriente Próximo
Los llamamientos a Israel para que detenga el cruento ataque contra la franja de Gaza se prodigan. Insisten desde Naciones Unidas, Egipto, la Unión Europea, Estados Unidos, Alemania, los Estados del golfo Pérsico, Turquía... Intelectuales israelíes del prestigio de Amos Oz, Abraham B. Yehoshua y David Grossman se suman a la petición de un alto el fuego inmediato.
Hace tres años costaba hallar en el mapa los pequeños kibutzim castigados por los cohetes Kassam. Sderot -alrededor de 20.000 habitantes- era la única población amenazada con etiqueta de ciudad. No más de 30.000 israelíes vivían pendientes de los sistemas de alarmas. Ashkelón comenzó a ser diana hace un año.
El destructor ataque a Gaza de la aviación israelí desata consternación e indignación en los palestinos y en todo el orbe musulmán. Las capitales de los países árabes son escenario de iracundas manifestaciones, a veces multitudinarias. Pero en las ciudades de Cisjordania, la afluencia a las protestas es escasa.
A pesar de estar acusado de corrupción desde el pasado 9 de diciembre y a pesar de que el propio presidente electo, Barack Obama, le pidió públicamente que dimitiera, el Gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, puso ayer en un aprieto a su partido al nombrar como sustituto de Obama en el Senado a Roland Burris, un ex fiscal de Illinois de 71 años de gran ascendencia entre la población negra del Estado.
Pakistán ha emprendido una operación militar a gran escala contra los talibanes en el distrito de Jamrud, que afecta al estratégico paso del Khyber, clave en el abastecimiento para las tropas de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán.