Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Reportaje:

Pagan tres, comen nueve

Una familia agrede a dos vigilantes de un centro comercial de Carabanchel tras negarse a abonar la cena de todos en un restaurante con bufé libre

Dos vigilantes agredidos, carreras por los pasillos de un centro comercial y una huida a tiempo. Todo por querer comer nueve por el precio de tres. Eran siete adultos y dos niños. Pretendían entrar todos en el restaurante Salad & Co, un bufé libre de ensaladas, pizza y pasta del centro comercial Islazul (Carabanchel). Pero sólo querían pagar tres porque, decían, los demás no iban a cenar. La cajera les dijo que eso no podía ser. En el Salad & Co, una franquicia con varios restaurantes en Madrid, se paga a la entrada. Una vez dentro, uno puede comer tanto como quiera o pueda. Pero el grupo, una familia de etnia gitana según fuentes de la Policía Nacional, no estaba dispuesto a cumplir las normas del local. Hubo gritos, insultos y amenazas de muerte a la cajera, que llamó a seguridad. Tres personas pagaron y entraron a cenar. Eran las once de la noche del lunes.

Ni siquiera la llegada de dos vigilantes, un hombre de 41 años y una mujer de 22, consiguió apaciguar a las otras seis personas, que seguían insistiendo en entrar sin pasar por caja. Cuando les pidieron que se marcharan, echaron a correr por los pasillos. Los vigilantes salieron tras ellos y les detuvieron para que dejaran de armar jaleo, según explicó ayer una portavoz del centro comercial. Fue entonces cuando se les unieron los otros tres miembros del grupo y, entre todos, agredieron a los vigilantes de seguridad. La guardia recibió varias patadas en el abdomen y su compañero, golpes en la cara, según la Policía Nacional, que ha abierto una investigación.

Los vigilantes han puesto denuncia por las lesiones, todas leves. También la cajera, por las amenazas de muerte que recibió. La encargada del restaurante llamó a la policía, pero cuando llegaron los agentes los agresores ya habían huido en dos coches. El centro comercial quiso ayer quitar importancia a la agresión, que calificó de "incidente", y negó incluso que los vigilantes fueran agredidos físicamente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de diciembre de 2008