Las autoridades paquistaníes permitieron ayer la reapertura temporal del Paso de Khyber, principal ruta de abastecimiento de las fuerzas de la coalición internacional en Afganistán, que había sido cerrado tres días antes, ante el incremento de los ataques de las milicias talibanes contra los puntos de suministro en Peshawar, en el noroeste del país.
Tras clausurar el paso, el martes, las fuerzas de seguridad paquistaníes, apoyadas por helicópteros, vehículos de combate y artillería pesada, iniciaron el pasado martes una operación de "limpieza" de los grupos armados. Ayer, una vez despejada la zona, las autoridades de la ciudad de Jamrud, la más importante del paso, anunciaron la reapertura de la ruta entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde, hora local. Cerca de 300 camiones aprovecharon para cruzar la frontera, muchos de ellos cargados con suministros para las fuerzas estadounidenses, que reciben el 75% del material bélico y el 40% del combustible desde Pakistán, según el Departamento de Defensa.
"La ruta está abierta y es más segura ahora, todos los vehículos la están utilizando", declaró un funcionario. El paso volverá a ser abierto hoy durante las horas en las que no hay toque de queda.
El administrador de la zona tribal de Khyber, Tariq Hayat, aseguró que la operación militar contra los talibanes está todavía en marcha, y que la situación debería "volver a la normalidad" en un par de días.
El Paso de Khyber, junto con el igualmente crucial paso de Chaman -en el suroeste del país- son las dos principales rutas de abastecimiento desde Pakistán desde el puerto de Karachi, ya que son la puerta de entrada a la provincia afgana de Kandahar. Ambas rutas incrementarán su valor estratégico a lo largo de este año, en el que Washington podría duplicar el número de efectivos en Afganistán hasta los 60.000 soldados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de enero de 2009