Madrid amaneció ayer cubierta por la niebla en algunas zonas lo que, unido a la contaminación que padece la capital cuando no llueve, dificultó en parte la visión. La catedral de la Almudena, vista desde la M-30, fue un buen ejemplo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de enero de 2009