Una vez más los representantes de la Iglesia echan un pulso al Gobierno sacando a miles de personas en Madrid para recordarle que son un lobby muy poderoso. Y una vez más, se arrogan el derecho "divino" de decirnos qué leyes y derechos civiles están bien y cuáles no: véase aborto, matrimonios gays, eutanasia... El Gobierno haría bien en recordarles que se limiten a orientar a sus creyentes desde sus espacios de culto, no desde la plaza Colón o las televisiones públicas, y que dejen de decirnos a los no creyentes qué nos conviene y qué no. Ya nos han conculcado nuestros derechos durante demasiados años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de enero de 2009