Un matrimonio joven de rumanos fue hallado muerto por la Guardia Civil el pasado sábado en un almacén que utilizaban como vivienda en Traiguera, en la comarca del Baix Maestrat. Todos los indicios apuntan a que el matrimonio se intoxicó por la mala combustión de una estufa catalítica de gas.
La mujer, de 24 años, fue hallada tumbada en la cama, mientras que el hombre, de 25, estaba sentado en una silla con una videoconsola entre las manos. Habían llegado recientemente a Traiguera, donde él encontró trabajo en una granja situada frente al almacén que habían habilitado como vivienda. La ausencia en el trabajo alertó al propietario de la granja, que al segundo día que no consiguó comunicarse con el fallecido por teléfono, alertó a la Guardia Civil. Cerca de las nueve de la noche del sábado los agentes de la Guardia Civil entraron en el almacén, en el que había una estufa vieja, y descubrieron los cadáveres. Según las primeras impresiones forenses, podrían estar muertos desde la noche de fin de año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de enero de 2009