El País Vasco es la comunidad autónoma con más delegaciones en el exterior. Además de la que funciona en Madrid, cuenta con otras ocho oficinas de representación en Bruselas, México, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, Estados Unidos y Francia. A los 5,1 millones de euros que el Gobierno vasco gasta anualmente en su mantenimiento se sumarán en 2009 1,2 millones, que se dedicarán a la apertura de una nueva delegación. Su ubicación todavía no se ha decidido, si bien se barajan tres: Canadá, Berlín o Londres.
Todas las comunidades autónomas han querido instalarse en Bruselas para tener línea directa con las políticas comunitarias, pero sólo cuatro (País Vasco, Cataluña, Galicia y Canarias) han extendido sus representaciones más allá de la capital comunitaria, informa Efe. A las nueve delegaciones del País Vasco ya en funcionamiento fuera de su territorio, se une la treintena de oficinas de la SPRI repartidas por todo el mundo con la misión de facilitar la implantación y los negocios en el extranjero de las empresas vascas.
La SPRI cuenta con una treintena de oficinas de apoyo a empresas
Cataluña es la segunda comunidad con más oficinas de este tipo, en concreto cinco: Bruselas, Francia, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos, todas ellas dependientes de la Secretaría de Asuntos Exteriores, órgano que este año contará con un presupuesto de 67 millones de euros. La proyección de Cataluña en el exterior y el apoyo a la comunidad catalana residente en esos países son los objetivos de estas delegaiones de la Generalitat, que proyecta otras todavía no concretadas.
Montevideo y Buenos Aires son las ciudades que la Xunta de Galicia ha elegido para ubicar sus oficinas, debido a la fuerte presencia de emigrantes gallegos en ambos países, a las que hay que añadir la Fundación Galicia-Europa que funciona en Bruselas desde 1988.
Los vinculos de Canarias con Venezuela justifican su oficina en Caracas, instalada hace más de diez años. Esta comunidad ha previsto abrir a finales de año otras dos delegaciones: una en Praia (Cabo Verde) y otra en Agadir (Marruecos).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de enero de 2009