"Queda Toñi Vicente para rato", afirma la cocinera en un comunicado hecho público ayer para confirmar el cierre de su restaurante en Santiago, durante mucho tiempo el más prestigioso de la cocina gallega. Su detención por la compra de vieiras contaminadas ha dado la puntilla a un establecimiento que ya pasaba por dificultades económicas. La cocinera defiende su "buena fe" y asegura que "tiene la conciencia limpia", pese a que reconoce: "Pude haber cometido un error". Vicente arremete además contra la "prensa sensacionalista".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de enero de 2009