La fotografía que el BNG ofreció ayer en la presentación de candidatos resume bien el espíritu de las listas que optan al Parlamento gallego. Ante los reporteros gráficos, posó todo el poder del BNG con Anxo Quintana en el centro, flanqueado por los conselleiros de Medio Rural, Alfredo Suárez Canal, número uno en Ourense; de Industria, Fernando Blanco, en Lugo y de Vivenda, Teresa Táboas, por Pontevedra.
La ausencia de la titular de Cultura, Ánxela Bugallo, descartada por su propia organización, la suplió su sustituta en el segundo puesto por A Coruña, Ana Pontón. El resultado, tres representantes de UPG, el partido hegemónico en el Bloque (Suárez Canal, Táboas y Pontón), una mujer de la máxima confianza de Quintana (Táboas) y el propio candidato y portavoz nacional en los puestos de salida. La proporción de esa fotografía se mantiene en el resto de las listas, en las que UPG copa la mitad de los aspirantes a escaño junto a quintanistas como el portavoz parlamentario, Carlos Aymerich o Ana Bouza, alto cargo de Vicepresidencia. De los primeros puestos desparecen los sectores críticos.
El pacto sellado entre el portavoz nacional, Anxo Quintana, y la Unión do Povo Galego, formación hegemónica en el frente de partidos, les ha permitido a ambos elaborar unas candidaturas a su medida y desterrar a las voces críticas. Además de los conselleiros y el propio Quintana que acaparan el cartel electoral en las cuatro provincias, y del ascenso meteórico de Ana Pontón, en A Coruña, UPG sitúa como numero dos en Ourense a la actual vicepresidenta del Parlamento, Tereixa Paz, y en Pontevedra a Henrique Viéitez. En esta misma provincia repite además Bieito Lobeira, dado que el mandato de la Asamblea de 2002 para establecer un plazo máximo de dos legislaturas en el escaño no tiene efecto retroactivo, lo que permite a este destacado militante de UPG comparecer de nuevo en puesto de salida.
Junto a ellos figuran con todas las posibilidades para resultar reelegidos quintanistas como Carme Adán en Pontevedra e Isabel Sánchez en Lugo, además de los citados Aymerich y Bouza. La más que probable renuncia al acta de diputado de los hipotéticos conselleiros -en caso de que se reedite el bipartito tras los comicios- facilitaría a UPG el control de la mitad del grupo parlamentario.
De la foto de hace cuatro años se ha caído con estrépito la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, denostada por la UPG, que ha censurado su gestión en la Xunta. Quintana atribuyó la ausencia de Bugallo al resultado de las asambleas comarcales que participan en la designación de candidatos. También en esto ha cambiado el funcionamiento interno del BNG. Si en los anteriores comicios se permitía a cualquier militante de las comarcas presentar nombres a la dirección para configurar las listas, ahora esa primera propuesta debe ser votada por la asamblea comarcal antes de enviarse a la sede nacional del Bloque.
El sector crítico, sin representación alguna en los puestos de salida, asegura que con ese cambio de procedimiento han sido esos concláves comarcales, controlados por el sector oficial, los que han filtrado los aspirantes. En la comarca de Santiago facilitó que Bugallo quedase relegada frente a los candidatos avalados por la mayoría.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de enero de 2009