Albert M. y Rubén S., los mossos d'esquadra acusados de robar 150 euros a un inmigrante africano, defendieron ayer su inocencia y aseguraron que Yayá Diop sí les ofreció una pieza de hachís y, en el momento de su detención, se ofreció a colaborar para llevarles hasta el traficante que, supuestamente, le pasó la mercancía. Los hechos ocurrieron la noche del 31 de mayo de 2008 en el Raval. Según el relato de Asuntos Internos y del juez instructor, los policías imputaron al senegalés un delito de tráfico de drogas que no cometió y se quedaron con su dinero.
Los policías basaron su defensa en las imágenes de las cámaras de videovigilancia de la comisaría de Ciutat Vella. En ellas se observa cómo Yayá hace un gesto con el brazo a los agentes, para señalar al supuesto traficante. Éstos le siguen a una distancia prudencial en el coche hasta que el joven huye por una calle estrecha. Dos días después, denunció el presunto robo. "Cometimos un error por querer ir más allá, pero no un delito".
Ambos argumentaron que avisaron al sargento de turno, a través del teléfono, de la detención de Yayá. "Si queríamos robarle, ¿por qué íbamos a avisar entonces en comisaría?", se preguntó Albert. Además, el Sindicato de Policías de Cataluña indicó que cinco agentes se desdijeron, en sede judicial, de lo que habían declarado ante Asuntos Internos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de enero de 2009